Clic acá para ver el video en Youtube
Hoy quiero hablarles de una historia notable que tuvo lugar
en Toronto, Canadá. Se trata de un hombre que, durante un año, corrió un total
de 1.105 kilómetros, pero no lo hizo de cualquier manera. Planificó
cuidadosamente cada una de sus rutas para que, al unirlas en un mapa, formaran
la imagen de una figura danzante.
Este proyecto no fue algo improvisado. Día tras día, este
corredor diseñó sus recorridos con precisión, utilizando las calles y caminos
de Toronto como si fueran las líneas de un dibujo. Completar 1.105 kilómetros
en un año implica un promedio de unos 3 kilómetros diarios, aunque seguramente
hubo días más largos y otros más cortos, dependiendo del clima o de las
circunstancias. Toronto, con sus inviernos fríos y nevados, no siempre ofrece
condiciones ideales para correr, lo que hace que su compromiso sea aún más
impresionante.
La figura danzante que creó no es solo un logro físico, sino
también una obra de arte urbana. No eligió una forma simple, sino algo con
movimiento y expresión, como si quisiera dar vida a la ciudad a través de su
esfuerzo.
Este hombre nos muestra lo que se puede lograr con
dedicación y una idea clara. No se trató solo de correr por salud o por placer,
sino de transformar una actividad cotidiana en algo significativo, algo que
perdura.


No hay comentarios:
Publicar un comentario