Los científicos han estado estudiando los cerebros de los animales durante años, y gracias a tecnologías como la resonancia magnética funcional, o fMRI, podemos ver qué partes del cerebro se activan cuando un gato ve, escucha o siente algo. En este caso, los investigadores se preguntaron: ¿cómo procesan los gatos la imagen de un humano? ¿Nos ven como sus amigos, sus sirvientes, o… quién sabe, como gigantes torpes que les abren latas?
Para hacer esto, los científicos toman a un gato —tranquilo,
no le hacen daño, solo lo ponen en una máquina muy cara mientras lo mantienen
cómodo— y le muestran imágenes de rostros humanos, objetos, otros gatos, y
hasta comida. Luego, observan qué áreas del cerebro se encienden. Y aquí viene
lo interesante: los gatos tienen una corteza visual súper desarrollada, porque,
claro, son cazadores natos. Pero, ¿qué pasa cuando nos ven a nosotros?
Los estudios han mostrado que los gatos reconocen rostros
humanos, especialmente los de sus dueños. Sí, tu gato sabe quién eres. Pero no
nos ven exactamente como vemos nosotros a otros humanos. En su cerebro, parece
que nos clasifican en una categoría especial: no somos solo ‘otro gato’, pero
tampoco somos una presa o un mueble. Algunos expertos creen que nos perciben
como una especie de ‘gato grande no amenazante’. Imagínate eso: para tu gato,
eres como un felino gigante, un poco raro, que no sabe cazar bien, pero que
mágicamente hace aparecer comida.
Otro dato curioso: cuando un gato ve a un humano que conoce,
se activan zonas del cerebro relacionadas con la memoria y las emociones
positivas. Esto sugiere que sí sienten apego por nosotros, aunque lo disimulen
con esa actitud de ‘no me importa nada’. Pero si le muestras la cara de un
extraño, la reacción es más neutral.
Ahora, no todo es tan simple. Los gatos no ‘ven’ como
nosotros. Sus ojos están diseñados para detectar movimiento y funcionar en la
oscuridad, así que probablemente nos perciben más como siluetas o patrones en
movimiento que como rostros detallados. Y si a eso le sumamos cómo su cerebro
procesa la información, es posible que nos vean un poco borrosos o
distorsionados en comparación con cómo nos vemos en el espejo.
Entonces, ¿qué hemos aprendido escaneando el cerebro de un
gato? Que nos reconocen, que nos quieren a su manera, y que probablemente
piensen que somos unos gatos raros pero útiles. La próxima vez que tu gato te
mire fijamente, recuerda: en su cabecita, estás siendo analizado por un pequeño
genio felino.
Canal: Thepollo

No hay comentarios:
Publicar un comentario